Frank Babinger: en el marco del turismo sostenible es la parte social la que más me interesa actualmente.
Profesor de la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid | España.
Máster Universitario en Planificación y Gestión de Destinos Turísticos
Profesor del Departamento de Geografía en la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid.
Investigador de numerosos proyectos de investigación internacionales sobre turismo y destinos turísticos en España y otros países desde una visión inter y multidisciplinar. Asimismo, es investigador de numerosos proyectos de innovación y mejora de la calidad docente en los grados y másteres de turismo de la UCM.
Ha presentado numerosas comunicaciones en congresos nacionales e internacionales sobre diversas temáticas del turismo y ha publicado artículos, capítulos de libro y libros, tanto en solitario como en coautoría.
Actualmente es Asesor del Vicerrectorado de Formación Permanente, Empleabilidad y Emprendimiento de la Universidad Complutense de Madrid y anteriormente fue Delegado de la Decana para Emprendimiento, Prácticas Externas y Empleabilidad y Coordinador del Máster en Dirección y Gestión de Empresas Hoteleras de la Facultad de Comercio y Turismo.
Miembro de numerosas asociaciones nacionales e internacionales en materia de turismo.
Como profesor del Departamento de Geografía en la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid, ¿qué aspectos consideras más importantes para formar a futuros profesionales del turismo?
En primer lugar debo lanzar una lanza en favor de la formación universitaria en turismo, sea a través de los grados, másteres o doctorado. Hay una tendencia actual en menospreciar esta formación que no comparto en absoluto. La formación universitaria, académica y científica es básica para mejorar cualquier industria y también lo es para el turismo.
Ahora bien, creo que es nuestra obligación de mirar más allá del aula y ofrecer a nuestros estudiantes una formación completa y actualizada que tenga en cuenta las necesidades del sector.
Por supuesto que no podemos dejar de lado aspectos básicos sobre el turismo (Geografía, Historia, Economía, Empresas, Gestión, Márketing, etc.), pero también que debemos formar en habilidades blandas y conocimiento de las nuevas tecnologías que están transformando el sector, como el resto de la sociedad.
Es necesario que haya una mayor colaboración y cooperación con los agentes públicos y privados del sector turístico para, conociendo sus necesidades y yendo de la mano, formar los futuros profesionales del sector.
Soy miembro de la AEPT (Asociación Española de Profesionales del Turismo) y de Skål International Madrid, con lo que me mantengo constantemente informado de las tendencias y necesidades del sector. Lo que, de manera directa, enriquece mi docencia e investigación de manera práctica y directa.
Dicho todo ello, estoy enormemente orgulloso de nuestros estudiantes de la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid cuando observo sus trayectorias a través de LinkedIn o me llegan inputs sobre los mismos de compañeros y amigos que trabajan en el sector.
¿Qué te llevó a especializarte en la planificación y gestión de destinos turísticos? ¿Hubo algún evento o experiencia personal que influyera en tu decisión?
El mundo de la planificación y gestión de destinos turísticos es apasionante y me es difícil limitar mi trayectoria a alguna experiencia concreta. He viajado muchísimo desde muy pequeño y la experiencia de conocer a nuevos lugares y, sobre todo, personas, culturas y modos de vida me ha marcado desde siempre.
Además, aunque pueda sonar curioso, no me siento atado a ningún lugar: mi padre es alemán, mi madre es francesa, mi familia española… Salvo Australia, he viajado a todos los continentes y no tendría problema en vivir en cualquier lugar del mundo. Esto te abre la mente y permite ver las cosas con otras perspectivas.
Algo fundamental para entender los diferentes destinos turísticos y pensar en mejorarlos basados en la gestión y planificación con una visión global, siempre pensando en la población local.
En este sentido, la sostenibilidad, entendida de manera holística y global, es la mejor aliada a la hora de abordar la planificación y gestión de los destinos turísticos para mejorar la experiencia de los turistas, involucrando los habitantes del lugar.
Una de tus líneas de investigación es la de la actividad crucerística, que ha crecido considerablemente en España y en el mundo. ¿Qué desafíos principales enfrenta esta industria en términos de sostenibilidad?
El mundo de los cruceros es apasionante, porque combina áreas muy diversas, y no solamente turísticas. La ingeniería naval y la logística de los puertos son fundamentales para la actividad, que no podría existir sin ellas. Sin embargo, poco de ello se ve en el día a día de la actividad.
Por otro lado, desde el punto de vista turístico es una de las actividades más completas y complejas que se puede imaginar. Combina la parte de hotelería y hostelería, con la de la gestión de un destino en sí, como lo pueden ser los grandes buques actuales.
Pero, además, involucra a los destinos costeros a los que llega, que, a su vez son muy diferentes según el área: desde el Mediterráneo, más basado en las ciudades y la cultura, al Caribe, con su oferta cuasi limitada de playas e islas, pasando por todo tipo de barcos y destinos.
En cuanto a los desafíos que enfrenta, creo que el mayor es su aceptación social. Tiene, a veces, una imagen negativa y distorsionada. En 2019, y probablemente volveremos a las mismas cifras en 2024, hubo más de 1.500 millones de turistas en el mundo. Pues bien, se esperan este año algo menos de 36 millones de cruceristas, esto es, alrededor del 2,4% del total. Y a veces parece que es el responsable de todos los males…
Dicho esto, es cierto que en algunos destinos concretos, y en momentos concretos, la presión es mayor y hay que abordar este reto justamente con una buena gestión y planificación de los destinos involucrando a todos los agentes implicados, incluyendo siempre a la población local.
Porque hay otros, en los que se está planteando la limitación de los cruceros, que difícilmente podrían contar con una afluencia turística sostenida, con sus beneficios económicos y dando a conocer estos lugares, sin la llegada de los barcos.
Así que, respondiendo a tu pregunta, creo que por encima de temas más habituales relacionados con la sostenibilidad, los temas sociales son los mayores desafíos actuales de los cruceros: gestión de flujos, determinación de capacidad de carga de los destinos e implicación de la población local.
Los temas de contaminación, impactos, etc. están bastante bien controlados por parte de la industria y cumplen con estándares muy por encima de los destinos tradicionales y, por supuesto, de los de la marina mercante.
¿Podrías explicarnos cual es el reto demográfico al que se enfrentan algunas zonas y cómo el turismo puede ayudar a enfrentarlo?
El reto demográfico al que se enfrentan algunas zonas, especialmente las rurales y las pequeñas localidades, incluye problemas como el envejecimiento de la población, la disminución de la población joven, la migración hacia áreas urbanas y, en general, la despoblación.
No es un reto nuevo, pero la conciencia sobre el mismo ha ido creciendo en estos momentos de necesaria cohesión territorial y dándonos cuenta de los riesgos que enfrentan territorios despoblados. Sea a nivel de riesgos naturales como por la pérdida de patrimonio histórico-cultural material e inmaterial.
Al final entramos en un círculo vicioso: cuanta menos población, menos servicios y menos necesidad de inversión. Precisamente el turismo puede desempeñar un papel crucial en enfrentar estos desafíos demográficos, invirtiendo el círculo y convirtiéndolo en virtuoso.
La atracción de población, preferentemente joven y de familias con niños, permite y fomenta la revitalización de los pueblos y de las zonas rurales, acareando una mayor tasa de inversión de infraestructuras y de servicios públicos que, además atraen a nuevas inversiones y el establecimiento de nuevas empresas, además de desarrollar las tradicionales de la zona.
Dicho de modo sencillo, el turismo abre la puerta a que se conozcan zonas desconocidas (perdonen la redundancia) y solamente entonces podemos empezar a pensar en repoblar estos lugares. Una vez franqueado este primer paso, con la consiguiente atracción de nueva población y la retención de la existente, el turismo, y de modo muy esquemático, permite la revitalización y diversificación económica, generando empleo y desarrollando y mejorando las infraestructuras tanto físicas, como de servicios, como de comunicación; esenciales todas ellas.
Además es un vector de preservación del patrimonio cultural y natural al mantener y recuperar estos patrimonios. Adicionalmente, permite la revalorización de los mismos al dotarles del valor intrínseco que tienen, pero que se he perdido en las últimas décadas ante supuestos avances.
Solamente cuando la población local ve que otros valoran sus conocimientos, sus habilidades y sus patrimonios tangibles e intangibles, se produce el fortalecimiento de la identidad local y se podrá recuperar y promocionar.
¿Cómo se conecta este concepto con la inteligencia artificial?
Sinceramente, creo que en estos momentos no hay ninguna actividad, ni concepto, que se puede sustraer a la inteligencia artificial (IA). Ya hemos pasado la barrera de la pregunta sobre su idoneidad, oportunidad y utilidad. Poniendo muros o cuestionando su uso es como si nos preguntáramos si es mejor prohibir internet, porque facilita la propagación de información no deseada, por poner solo un ejemplo.
La revolución de la IA está en todas partes y, aunque siendo de la generación Terminator, creo que sus beneficios van mucho más allá que sus posibles perjuicios. Por supuesto que también nos puede apoyar (recalco este verbo, apoyar, no hacerlo ella sola…) en la planificación y gestión turística y en el reto demográfico.
¿Cómo? Pues con lo que mejor sabe hacer, el análisis de gran cantidad de datos, que nosotros tenemos que seleccionar y aportar, para identificar tendencias y patrones, optimizar los recursos, personalizar las experiencias turísticas y ofrecer todas las ayudas necesarias.
Con ello llegaremos a modelos predictivos que nos permitan darle a cada individuo el destino turístico –y, por qué no, de vida- ideal fruto de este análisis y predicción. Obviamente, también para la racionalización de los recursos y crear servicios a demanda en aquellos lugares en los cuales no se ofrecerían por no tener la cantidad de personas suficientes. En temas de transporte público, por ejemplo, se puede hacer de una manera sencilla que permite dar servicios básicos que se han ido perdiendo con el tiempo.
Colaboro activamente con Findspo como asesor en la parte turística y veo las grandes ventajas de la IA para la repoblación a través de la atracción de nueva población basada en datos de estilos de vida, calidad profesional, búsqueda de empleos, calidad de vida familiar y medio ambiente en los cuales el turismo puede servir para dar a conocer los lugares y diversificar su economía y permitir el desarrollo rural.
Por supuesto que la IA también nos puede ayudar en el monitoreo de indicadores ambientales y prevenir contaminación, deterioro y riesgos naturales con modelos predictivos que racionalizan, una vez más, los recursos necesarios para intervenir en el territorio.
¿Cómo se interrelaciona el turismo sostenible con la inteligencia artificial y el reto demográfico?
Esta pregunta entronca directamente con las anteriores, añadiendo el necesario concepto de sostenibilidad. A pesar de ser un concepto ya muy conocido –el famoso informe Brundtland es de 1987, nada menos- y demasiado manido en mí humilde opinión, sigue siendo de máxima actualidad.
Dicho esto, de los tres pilares de los sostenibilidad, aplicados igualmente en el mundo del turismo, hay uno que actualmente sobresale sobre los demás. La vertiente económica es consustancial de cualquier desarrollo y no precisa de mayor explicación, mientras que la medioambiental, malentendida como parte exclusivamente natural, se ha analizado en prácticamente todas sus vertientes.
La que había quedado algo rezagado es la parte social y es en la que quiero hacer más hincapié. En estos momentos, en los que estamos viviendo episodios desaforados de turismofobia, cobra mayor sentido la relación intrínseca de turismo sostenible, IA y reto demográfico. La descentralización del turismo, tanto por tiempos (desestacionalización), como por lugares (descongestión) es absolutamente necesaria para asegurar el buen funcionamiento del maravilloso sector del turismo.
La necesaria gestión y planificación de la actividad y de los destinos turísticos pasa, necesariamente, por el conocimiento de nuevos lugares y de sus atractivos, proporcionados por el análisis hecho y facilitado por la IA. Con el consiguiente resultado, mencionado anteriormente, de una posible atracción de población a áreas afectadas por despoblamiento, además de poder gestionar eficazmente el “overtourism” y los flujos turísticos, basado en datos y en tiempo real.
Todo ello en clave de sostenibilidad para fomentar el desarrollo económico de los lugares manteniendo la calidad medioambiental y favoreciendo el desarrollo social y cultural.
¿Hacia dónde se orientan tus próximas líneas de trabajo con relación al turismo sostenible?
Soy muy inquieto en todos los sentidos, lo que incluye mi faceta de docente e investigador, por lo que estoy continuamente buscando nuevos retos. Como acabo de comentar, en el marco del turismo sostenible es la parte social la que más me interesa actualmente.
Los temas de economía circular, descarbonización, conservación de la biodiversidad, cambio climático y gobernanza me parecen muy interesantes, pero prefiero centrarme en la población local, la gran olvidada en los estudios del turismo.
En este sentido, el concepto de turismo regenerativo me parece sumamente interesante, ya que va un paso más allá de la sostenibilidad, digamos, pasiva e involucra a todos los agentes de los destinos, incluida, como decía, a la población local.
En definitiva, mis próximas líneas de trabajo en turismo sostenible se enfocan en ir más allá de la simple minimización de impactos, buscando generar beneficios tangibles para las comunidades locales, los ecosistemas y la economía, al mismo tiempo que brindar a los turistas experiencias auténticas, basadas en el conocimiento local.
Finalmente, con lo que estoy comprometido ahora miso, es con el turismo inclusivo y accesible. Estoy trabajando activamente con algunas de las entidades más comprometidas en este tema, como lo son Ilunion e Impulsa Igualdad.
Apoyo firmemente que todos los turistas, independientemente de su edad, capacidad física, capacidad psíquica, origen cultural o condición social, tengan acceso a experiencias turísticas de calidad. La accesibilidad no se resuelve simplemente con poner rampas en los edificios, como nos hacen creer, sino que significa un cambio de planteamiento total y hasta revolucionario en algunos aspectos para fomentar y permitir la accesibilidad universal.
Termino como he empezado, esto es en mi condición de profesor de Geografía de la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid, en la que para el nuevo curso pondremos en marcha un proyecto de innovación docente sobre la incorporación de la accesibilidad como materia transversal en los grados y másteres en Turismo y Comercio.
Solamente incorporando la accesibilidad en la enseñanza podremos esperar que los futuros profesionales la incorporen, a su vez, en su actividad profesional en turismo, sea como servidores públicos, como trabajadores o como emprendedores y empresarios de éxito.
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