Juan Luis Pons Rubio

Juan Luis Pons Rubio

Doctor en Biología, Técnico y Dinamizador de Medio Ambiente

10 Mar 2024 | Turista | 1 Comentario

Patricia del Rocío Calvente: la Antropología Social y Cultural es una manera de ver y sentir las formas de vivir que existen en el mundo.

Patricia del Rocío Calvente: la Antropología Social y Cultural es una manera de ver y sentir las formas de vivir que existen en el mundo.

Antropología Social y Cultural. Turismo Sostenible | España

Formada en Antropología Social y Cultural y Turismo. Otras facetas de su formación son las relacionadas con la Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Mediación Intercultural.

Cuenta con más de 10 años de experiencia  en el sector turístico.

Ha participado en proyectos de cooperación y desarrollo en África Occidental y en España.

3 años de voluntariado como mediadora intercultural.

Escribe desde la antropología en @antropologasocial

¿Qué aporta la Antropología a la actividad turística?

La Antropología Social y Cultural es una manera de ver y sentir las formas de vivir que existen en el mundo. La diversidad humana y sus interacciones con el entorno se expresan en la actividad turística de forma muy característica.

La Antropología se hace preguntas que van más allá de gráficas o de números. Llega a preguntarse por los “por qué”, o los “cómo”, más que los “cuánto”. Es una ciencia que trabaja desde la empatía y es respeto por “los otros”, sin perder la capacidad de asombrarse.

Para mí es imprescindible mirar desde la Antropología al turismo para descubrir fenómenos que se encuentran formando un todo, porque, entre otras cosas, ayuda a comprender cómo se negocian las diferencias culturales, cómo se construyen las identidades y cómo se desarrollan las relaciones interculturales en entornos turísticos.

Precisamente por entenderlo así, considero que debemos ser lo más respetuosos posibles cuando viajamos para descubrir nuevos lugares, tratando de aprender y no de imponer nuestra visión que, normalmente, va acompañada de prejuicios y estereotipos.

¿Cuál es el papel de la educación en el proceso de transición hacia la sostenibilidad?

El papel de la educación es fundamental para que la sostenibilidad sea una forma de vivir en las generaciones futuras y, por tanto, pueda seguir aplicándose al turismo.

Hoy en día, queda mucho recorrido por hacer puesto que el modelo turístico hegemónico sigue imponiéndose ante modelos más sostenibles. Pero incluir en la educación la sostenibilidad es un camino que se hace al andar y, en mi opinión, ya estamos eligiendo un buen camino con bases firmes y, muestra de ello, es esta web.

¿Qué es la turismofobia?

La turismofobia es una actitud de rechazo que surge, sobre todo, en destinos masificados por parte de la población local hacia los turistas.

El impacto ambiental que suponen las actividades turísticas supone una experiencia negativa, alterando los paisajes naturales y afectando la biodiversidad y los recursos naturales. Deficiencias en la infraestructura y los servicios que se ven desbordados por la turistificación.

Otras experiencias negativas por atascos, falta de aparcamiento, problemas con el agua, desabastecimientos de supermercados, establecimientos abarrotados o el acuciante problema de gentrificación del espacio público y del acceso a la vivienda pueden ser detonantes de las actitudes de rechazo de la población local.

Estas realidades normalmente entran en conflicto con la imágenes idílicas que se muestran en las imágenes de promoción turística podrían contrarrestarse a través de las prácticas de un turismo más sostenible.

¿Tenemos derecho a viajar a cualquier lugar del mundo?

Esta es una cuestión difícil de abordar. El derecho de viajar no se puede ver limitado porque atentaría contra el derecho y las libertades individuales de las personas.

Por otro lado, precisamente algunas prácticas de viajes tienen efectos muy negativos, tanto en el medio ambiente como en las personas, es de ahí donde se plantea que hay “malos turistas” (con buenas o malas intenciones).

Aunque hay zonas más sensibles que deberían tener mayores restricciones para su conservación y protección, esto afecta en mayor o menos medida en todas partes del planeta.

Quiero contar una experiencia que viví mientras visitaba Halong Bay, en Vietnam, cuando coincidí con una pareja muy joven de Noruega durante el viaje en barco a la bahía.

Mientras conversábamos me contaron que llevaban mucho tiempo planeando este viaje, que les hacía mucha ilusión y que esperaban ansiosos ver las maravillas naturales del país porque eran amantes de la naturaleza. Mientras charlábamos se acercó uno de los trabajadores del barco que se unió a la conversación.

La chica le preguntó si había visitado Noruega, igual que antes me lo había preguntado a mí. El muchacho vietnamita puso cara de circunstancias y con media sonrisa dijo que no. Luego añadió que le encantaría, que seguro que era un país muy bonito pero que no creía que pudiera ir a visitarlo. La chica lo animó a que algún día lo visitara, diciendo lo que se sorprendería porque “Its so beautiful”.

Más tarde, nos dieron la opción de coger canoas y movernos entre los islotes un rato. Hubo un momento que pasé cerca de la pareja que iba en su canoa recogiendo botellas de plástico del mar mientras se quejaban del poco cuidado que había con la basura en un lugar como aquél.

Cuento esto porque, esta chica, aunque amable y con buenas intenciones, estaba imponiendo su eurocentrismo en un lugar como Halong Bay. ¿Por qué? Pues, resumiendo, en primer lugar, para un vietnamita que trabaja en un barco que lleva a turistas, difícilmente podrá tener acceso a un sueldo que le permita irse de vacaciones a Noruega, uno de los países más caros del mundo.

En segundo lugar, la recogida de botellas del mar significó, para los pescadores que las habían puesto concienzudamente, la pérdida de la ubicación de sus trampas a moluscos y peces que utilizaban para pescar en el fondo del mar por toda la bahía.

Cuanto más alejados nos encontramos culturalmente, más nos cuesta entender otras formas de vivir y más probabilidades tenemos de que los efectos que producimos como turistas sean negativos. Esto es algo sobre lo que debemos reflexionar.

Las buenas intenciones deben ir acompañadas de un conocimiento que, ante todo, respete la cultura local y la manera de relacionarse con el entorno porque si no, como ocurre en este caso, pueden causar un impacto negativo y perjudicial para las personas, su entorno y la economía del destino que se visita.

¿En qué medida crees que el turismo sostenible fomenta la valoración del patrimonio cultural, material e inmaterial?

El turismo sostenible es una forma de viajar que respeta los destinos. Tiene en cuenta los recursos que posee y valora el patrimonio que va a conocer.

Es muy importante cómo se gestiona la sostenibilidad en los destinos y, para ello tiene que haber leyes explícitas donde se proteja el patrimonio y existan prácticas para su conservación.

Debe existir una conciencia sobre lo que se quiere proteger para fomentar un desarrollo sostenible de los destinos, ya sean pueblos, ciudades o parajes naturales. Que ponga en valor tanto sus monumentos como sus formas de vida, su cultura.

También es necesaria la voluntad política a la hora de promover acciones de protección y de reconocimiento que busquen un equilibrio entre economía, medio ambiente y desarrollo humano.

Cuando desde los destinos se desarrollan planes estratégicos de forma sostenible, un turista que tenga una mínima conciencia sobre sostenibilidad se sorprenderá gratamente al descubrirlas y añadirá un valor añadido, como algo positivo a su experiencia y a su viaje.

Me pasó una vez en Tailandia, cuando fui a un Parque Natural y tuve que pagar por entrar a la zona donde se permiten visitantes. Había mucha información para el turista sobre el por qué de aquella medida, pero recuerdo explícitamente algo como “daños” y “compensación” al lugar por permitir tantos visitantes, donde el dinero aportado sería para el mantenimiento del Parque Natural.

Como llevaba una botella de agua de plástico tuve que pagar una fianza por introducirla dentro del Parque, fianza que se me devolvió al salir cuando constaba que la tiraba en la basura y no la había dejado tirada por allí.

Al margen de lo que podamos criticar de ello, estas medidas cumplen con el objetivo de mantener el lugar limpio y mantenerse económicamente mediante la labor de trabajadores que tienen saberes locales necesarios para ello, mientras que pueden poner el valor la maravilla natural que acababa de visitar.
Era la primera vez que me pasaba y esto me impactó de una manera positiva en mi visita al país.

Tenemos una responsabilidad a nivel individual a la hora de consumir servicios y productos turísticos y en nuestro comportamiento con el destino que visitamos. ¿Qué consejos o recomendaciones podrías dar a otras personas para hacer un turismo responsable?

En la planificación del viaje ya se puede ir investigando sobre formas de viajar, dónde alojarse o comer… Por ejemplo, la elección de medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente; alojamientos que lleven a cabo medidas de sostenibilidad (que utilicen amenities BIO, digitalización y no uso de papel a menos que sea necesario…); restaurantes donde se promueva una dieta consciente (de km 0, BIO, vegana….)…

También debemos tener en cuenta que la sostenibilidad va más allá del medio ambiente y que incluye la parte social (o cultural) de los destinos turísticos. Aunque, en una planificación de viaje, esto es más difícil de encontrar, sí que una vez en el lugar podemos encontrar destinos donde se visibiliza el talento local, la contratación de personas locales o la riqueza distribuida entre la población.

Comprar productos locales que apoyen iniciativas sostenibles de carácter identitario, por ejemplo, productos de las cooperativas formadas por gente que trabaja en productos de origen, que conocen el territorio y sus formas de habitar en él es una forma de llevar a la práctica la sostenibilidad: artesanías, productos de la tierra o del mar…

Opciones hay, lo que se necesita es la voluntad de querer llevarlas a cabo, de elegirlas ante otras que son más fáciles, más comunes o más cómodas.

¿Qué es para Patricia del Rocío Calvente el turismo sostenible?

Si pienso sobre el turismo sostenible, me puede resultar contradictorio He reflexionado mucho sobre lo que conlleva un turismo sostenible y aún no he llegado a ninguna conclusión definitiva. Esto se debe a que durante más de 10 años he vivido el sector turístico desde distintas posiciones.

Cuando he trabajado desde organismos públicos he tenido siempre presente la sostenibilidad a la hora de promover actividades turísticas o crear nuevos atractivos para el destino.

Cuando lo he hecho desde lo privado, he tratado de llevar a cabo estrategias de concienciación sobre los recursos naturales del entorno.

Cuando he realizado trabajos académicos, he leído a autores que hablan de sostenibilidad desde muchas perspectivas que van desde lo económico hasta los ciclos de la tierra.

Cuando soy turista, elijo anteponer un turismo sostenible, en la medida de lo posible, antes otras alternativas.

Esto quiere decir que, aunque el turismo no puede ser sostenible porque consume recursos de todo tipo para poder realizar la propia actividad turística, sí que puede, con conciencia, minimizar los impactos negativos.

La verdad es que no tengo una conclusión definitiva para este concepto, pero sí que espero poder seguir reflexionando sobre él a lo largo de la vida. Eso significaría que podré seguir incluyendo o viviendo otras formas de ser/estar que me hagan seguir replanteando qué es la sostenibilidad y qué nos permite un mayor equilibrio para la vida. Por ahora me conformo con tratar de llevar a cabo en mi vida prácticas sostenibles que pueda aplicar también a cuando realice viajes por el mundo.

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1 Comentario

  1. Juan Manuel Arrabal Gómez

    Muy interesante y reveladora la anécdota que cuenta acerca de su visita a Vietnán. ¿Es válida nuestra visión eurocentrista para todos los destinos?

    No es justificable la turismo-fobia, pero es entendible. En una ciudad tan necesitada de trabajo como Córdoba, que puede compensarse con el turismo, llega a ser intolerable la cantidad de pisos turísticos, la avalancha de turistas en masa por las calles…
    El antiguo viajero ha sido sustituido por el turista que, no nos engañemos, no entiende qué es la sostenibilidad. Por demás, a las agencias de viaje y similares tampoco les interesa aplicar y desarrollar este concepto.

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